Aprendizaje
La innovación disruptiva se produce cuando una empresa, sirviéndose de una nueva tecnología o mediante la implementación de un nuevo modelo de negocio, adquiere la capacidad de adueñarse de un mercado existente mediante el desarrollo de un producto o servicio que deja obsoleta la oferta actual del líder, ya sea por sus prestaciones o por su precio.
Clayton Christensen, profesor de Harvard Business School y pensador empresarial influyente, a través de su investigación sobre el fenómeno de la disrupción, explica que la innovación disruptiva es un comportamiento lógico para que cualquier buen CEO proteja su negocio y no persiga iniciativas que puedan dañar su modelo de negocios y su fuente principal de ingresos.
Siguiendo esta lógica, las grandes corporaciones caen presas de la disrupción que generan nuevos competidores: estos son aquellos que logran capturar el mercado con una mejor solución debido a sus beneficios, sencillez o accesibilidad.
Como propone Clayton Christensen en su conclusión de “El dilema del innovador”, la mejor forma de trabajar con la innovación, ya sea en un modelo tecnológico o de negocios, es generar una unidad autónoma: un equipo independiente de la decisiones y criterios que la empresa central considere razonables para su actividad principal. Este equipo debería funcionar como una empresa emergente sin ver comprometidos los recursos asignados.
Esta suele ser la fórmula de innovación propuesta para las grandes corporaciones, pero los emprendedores también pueden adoptar una lógica de crecimiento interno progresivo y trabajo periférico disruptivo. Esto se puede lograr al ofrecer soluciones para pequeños nichos, generando iteraciones, aprendiendo y mejorando la propuesta.
Así se llega a otro nicho y se conquista progresivamente el mercado de manera que, además de adquirir un sólido crecimiento en aprendizaje y rentabilidad, las operaciones de la empresa siempre permanecen fuera del radar de los competidores potenciales y la interrupción los sorprende cuando el plan es lo suficientemente maduro para enfrentarlos.
Es importante comprender que una tecnología en sí misma no es disruptiva. La ideación o invención sin comercialización no da como resultado innovación, y mucho menos disrupción, que implica tomar el liderazgo en un mercado existente.
Si quieres aprender más sobre la innovación disruptiva, puedes acceder a nuestro unidad gratuita sobre “El Dilema de la Innovación” o visitar nuestra sección de Literatura Recomendada en nuestro sitio web.