¿Cómo alcanzar la innovación y transformación empresarial?

por Francisco Santolo

¿Qué distingue una simple idea de una innovación transformadora? En el corazón de esta pregunta yace el poder transformador de la verdadera innovación.

¿Cómo alcanzar la innovación y transformación empresarial?

¿Qué es la innovación? "Hacer algo diferente para alcanzar mejores resultados".

He encontrado en esta simple definición la mejor manera de explicar las complejidades de la innovación con una fórmula accionable y poderosa. Los invito a desglosarla:

El término "diferente" abarca la ideación y la invención, dos componentes que a menudo capturan la atención mediática. Pensamos en tecnologías "disruptivas", aquellas que han marcado y seguirán marcando el futuro. Sin embargo, la verdadera innovación no requiere de una revolución tecnológica. En realidad, la creatividad, asociada al componente de la diferencia, es la habilidad de combinar conceptos existentes de maneras novedosas. No ha de sorprendernos entonces que los algoritmos de inteligencia artificial generativa, con su capacidad para establecer conexiones infinitas, demuestran esta faceta de "creatividad".

La solución más simple, a menudo emergiendo del pensamiento lateral, de la experimentación, del error, de la serendipia, de la escucha activa a los clientes o de la colaboración multidisciplinaria, suele ser la más efectiva y prevalente.

Muchas tecnologías y soluciones transformadoras quedan relegadas a publicaciones académicas, creadas por mentes brillantes más enfocadas en idear o inventar que en innovar, o patentadas por grandes corporaciones que limitan su divulgación para proteger sus mercados.

El verdadero desafío de la innovación radica en lograr "mejores resultados". Este concepto nos lleva a reflexionar sobre eficiencia, reducción de costos, aumento de productividad, pero aún así, la definición es incompleta.

La cuestión de "mejores resultados" se centra realmente en una pregunta clave: ¿Para quién son mejores? Aquí entra en juego uno de los conceptos más malinterpretados y cruciales en los negocios: el valor. El valor es subjetivo, variando según la persona, el grupo, la situación y las circunstancias.

La complejidad de la innovación proviene de cambiar el status quo, lo que implica redefinir la ecuación de valor para un amplio grupo de actores con intereses, deseos, necesidades, frustraciones y ambiciones a menudo contrapuestos. He aquí el verdadero juego de la innovación.

La innovación entonces complementa a la ideación y la invención con el diseño de modelos de negocios, que establecen hipótesis sobre quiénes serán los actores involucrados y qué valor generarán, intercambiarán y capturarán (y cómo). Pero aún no es suficiente, esos modelos deben ser implementados, validados de forma sostenible para tornarse innovación. 

El paso a la innovación real —la comercialización, implementación y aceptación de una solución— es un camino largo y arduo. Requiere esfuerzo, trabajo, perseverancia, iteración, escucha activa, negociación, resiliencia, y un proceso constante de prueba y error.

Este es el mundo del emprendimiento y el intraemprendimiento, a menudo eludidos cuando se alcanza la comprensión de su naturaleza y los costos personales y profesionales que conllevan.

En resumen, la innovación trasciende la mera invención o ideación. Es un complejo tejido de creatividad, estrategia, y adaptabilidad, donde el verdadero valor se mide no solo en términos de eficiencia o ganancias, sino en cómo redefine el status quo para un amplio espectro de actores. En este dinámico campo de juego, los emprendedores y los intraemprendedores desempeñan un papel crucial, navegando por un mar de desafíos, transformando problemas u oportunidades en soluciones viables y sostenibles.

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