Las empresas quieren que sus empleados se tornen ágiles e innovadores de la noche a la mañana mientras la compañía sigue su rumbo. Contratar una consultora de management líder, por más cara que sea no alcanza, entorpece.
Los empleados nunca serán innovadores, ágiles, disruptivos sin realizar una transformación importante de la corporación que involucre cultura, comunicación, gestión del cambio, modificación de procesos e indicadores, y un cambio fuerte en el liderazgo.
El apoyo del Directorio y de los ejecutivos de primera linea, en alineación clara con la estrategia es fundamental. Tornarse Ágil exige ceder a muchas cosas. Y todos, pero especialmente los líderes serán desafiados en sus paradigmas y serán expulsados de su zona de confort.
La escucha del cliente y los tests dentro de la metodología ágil deben guiar las decisiones, no la experiencia, ego de los líderes o el "conocimiento del mercado". Los indicadores y procesos tradicionales entrarán recurrentemente en conflicto con las nuevas prácticas y mentalidad. Es indispensable salir de la cultura jerárquica vertical de comando.
Si los líderes no están dispuestos a tolerar errores y dejar que las personas ejecuten sus propias iniciativas, con la correspondiente autonomía, y penalizan las acciones mientras se finge una sonrisa, la transformación nunca sucederá. Si quieren cuidar sus beneficios jerárquicos y los incentivos no han sido modificados tampoco.
La Agilidad suele terminar siendo una excusa para despedir empleados por no ser ágiles. Se implementa sin comprender. Se confía a consultores que tampoco comprenden y la implementan con fuertes errores conceptuales. Porque ellos mismos lo sugieren o porque el mercado lo exige. Las consecuencias ya están siendo dramáticas.